A finales de Abril, al despedir a Antonio en la estación de Vilanova, me topé con uno de esos anuncios que se cuelgan en farolas, marquesinas, etc. Se ofrecía alojamiento en gran casa frente al mar en la zona de Els Colls, junto al faro de Vilanova.
Recientemente habíamos padecido ciertos problemas con el suministro eléctrico debido a la potencia muy limitada de la que disponíamos en Mas Parés de Dalt . A pesar de que no estaba muy predispuesto a que iniciáramos una nueva migración y porque nos acercábamos al fnal de la primavera y los problemas de energía disminuirían me decidí a llamar al número de teléfono del anuncio para concertar una visita.
Al día siguiente visité la casa. El lugar es magnífico, con grandes espacios por donde Kenny podría corretear sin riesgo y sin necesidad de permanecer atado puesto que además dispone de un recinto vallado muy amplio. La zona de Els Colls , al no estar urbanizada, se encuentra aún en un estado casi natural, cerca de algunos bosques y de algunas playas y calas recoletas. La cercanía del trazado ferroviario no era inconveniente pues en ese punto transcurre por un plano muy inferior al de la casa por lo que el paso de los trenes es prácticamente inaudible.
La casa es muy amplia. Cuando llegué la mayoría de sus habitaciones ( unas 14 ) se encontraban ocupadas. Los servicios más que suficientes, amplias cocinas, lavadoras, frigoríficos independientes, wifi, terrazas, barbacoas, etc, y especialmente decisivo el disponer de amplio espacio de aparcamiento en el interior.
La habitación que me mostraron como libre no me convenció porque era algo pequeña. Me mostraron otra ocupada pero que estaba previsto que quedara libre a corto plazo. Unos días después de la visita me llamó una de las propietarias para decirme que la habitación que yo deseaba quedaría libre a partir del 15 de Mayo. El fin de semana siguiente conocí a Rosa, la copropietaria de la casa, y trás cerrar el trato a partir del 1º de Junio, me facilitó las llaves y me autorizó a usar la habitación desde ya por si quería hacer la mudanza en varias etapas y sin prisas. Siempre se lo agradeceré.
Kenny estuvo encantado al intuir que ese iba a ser un espacio magnífico. Dimos una vuelta por la casa tras presentarnos a casi todos nuestros futuros compañeras y compañeros. Cuando llegamos al muro lindante con las vías Kenny se mostró interesado por la proximidad del mar al otro lado hasta que, de pronto, al ver acercarse un tren, comenzó a ladrar hasta que el tren llegó a su altura para luego comenzar una carrera siguiéndolo en paralelo hasta el final corredor.
A lo largo del tiempo que permanecimos allí solíamos pasear, de camino a la playa, por el otro lado de las vías. Cuando oía el característico rumor del tren todavía muy lejano se agazapaba y se mantenía tenso hasta que iniciaba un sprint intentando atrapar al convoy. He de decir que nunca temí por Kenny trás comprobar que la valla que separaba el camino de las vías era infranqueable para él.
Kenny hizo muy buenas migas jugando con Moka y menos con el perro ( no recuerdo su nombre) de Quino, un gran chaval que ya vivía en la casa mucho antes que nosotros. Allí conocí también a la hermosa pareja que son Vicky y Maki , a Sonia, a Teresa, a Javier, a Juan, ...
" Fue bonito mientras duró " ( típico tópico de las películas rosas ). A comienzos de Octubre Rosa me comunicaba que por determinadas razones la relación contractual que mantenía con los huéspedes debería interrumpirse. Ni que decir tiene que, a pesar de mi sorpresa y de mi disgusto, no planteé ningún tipo de reparo puesto que estaba claro que la más perjudicada por las circunstancias era la propia Rosa.
En los días posteriores al comunicado de Rosa el ambiente en la casa se enrareció, hasta el punto que deseaba incluso salir de allí antes de llegar a un punto insoportable. Siempre me mostré respetuoso con las posiciones de los demás hasta que llegó un momento en que alguien no lo fué con la mía. A partir de ahí me distancié de algunos pero, sin embargo, sigo manteniendo una relación cordial, estrecha o excelente con los que he citado anteriormente.
Kenny percibió el cambio porque quedó solo en el recinto, sin los compañeros con los que jugaba y correteaba. Afortunadamente para él y para mí la situación no se prolongó demasiado pues hacia finales del mes comenzó nuestra migración de regreso a Mas Parés de Dalt, a la que esta vez nos acompañaba Teresa.